Proyectos Educativos Comunitarios como Procesos de Intervención de la Educación Social
Katsudas Valderrama, Lubianka María1 Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (UMECIT) lubiankakatsudas.est@umecit.edu.pa Recibido: 22/05/2024 Aceptado: 12/09/2024
RESUMEN
La presente investigación tuvo como propósito realizar una revisión documental sobre la educación social y los proyectos educativos comunitarios como estrategia de intervención social, considerando a las instituciones educativas o escuelas como eje ejecutor. Se analizó cómo la educación social conecta la escuela con la comunidad, fomentando un cambio en el modelo educativo tradicional hacia uno participativo y colaborativo mediante proyectos educativos comunitarios. Estos cambios buscan soluciones colaborativas y democráticas para los problemas de la comunidad, creando bienestar social y transformando el entorno comunitario. A pesar de sus bondades, este tipo de educación se ha desarrollado poco en Latinoamérica por diferentes razones. Dentro del desarrollo de la ruta metodológica empleada se realizó un estudio de revisión documental y analítico detallando la relación entre escuela y comunidad, educación social y proyectos educativos comunitarios. Para tal fin se utilizaron 39 artículos entre los años 2000 y 2023 ubicadas en distintas bases de datos, de tal manera que en la revisión se pudo extraer los elementos referidos a la educación social y a la actividad comunitaria que se desarrollaba en los diferentes contextos geográficos. Se concluye que los procesos de intervención social donde la participación de la escuela-comunidad trasciende hacía unos procesos de cambio donde la educación social, junto a los proyectos educativos comunitarios, son fundamentales para una educación más democrática, inclusiva, y justa que aborde eficazmente los problemas de la escuela y la comunidad y desde estos escenarios lograr establecer los elementos o alternativas de solución que guíen el desarrollo de la comunidad a partir de un trabajo mancomunado y garantizando la participación de todos y contribuyendo a una sociedad mejor.
Palabras clave: comunidad; educación social; escuela; proyecto educativo comunitario; intervención social.
ABSTRACT
The purpose of this research was to carry out a documentary review on social education and community educational projects as a social intervention strategy, considering educational institutions or schools as the executing agency. It was analyzed how social education connects the school with the community, promoting a change in the traditional educational model towards a participatory and collaborative one through community educational projects. These changes seek collaborative and democratic solutions to community problems, creating social well-being and transforming the community environment. Despite its benefits, this type of education has been little developed in Latin America for varied reasons. Within the development of the methodological route used, a documentary and analytical review study was carried out detailing the relationship between school and community, social education, and community educational projects. For this purpose, 39 articles were used between the years 2000 and 2023 located in different databases, in such a way that in the review it was possible to extract the elements referring to social education and community activity that took place in the different geographical contexts. It is concluded that the processes of social intervention where the participation of the school-community transcends towards processes of change where social education, together with community educational projects, are fundamental for a more democratic, inclusive, and fair education that effectively addresses the problems of the school and the community and from these scenarios to establish the elements or alternative solutions that guide the development of the community based on joint work and guaranteeing the participation of all and contributing to a better society.
Keywords: community; social education; school; community educational project; social intervention.
Introducción
A través de la historia, la educación y el desarrollo social, han estado fuertemente relacionados. Este fenómeno es palpable cuando se analiza el avance de la globalización y su relación economía-educación. En este sentido, la globalización de los mercados tiene como uno de sus pilares a la educación, la cual es considerada como un recurso estratégico para la productividad y generación de riqueza, impulsando el nivel de desarrollo humano y socioeconómico de cada país (Pérez, 2014). Sin embargo, con el paso del tiempo, esta conceptualización no ha logrado el nivel de eficacia esperado. Por ejemplo, en América Latina, la globalización ha creado distorsiones, desigualdades sociales y educativas, que han incidido en el nivel de desarrollo humano de las sociedades (Salazar, 2023).
La escuela, es considerada una institución social, cuyo objetivo es la educación de la población bajo un diseño curricular programado. Dicho currículo está a veces disociado del entorno, ya que la escuela tradicional propone un modelo enfocado hacia lo interno de la institución donde el educador debe desarrollar los contenidos curriculares. Se entiende que los padres de familia son parte de la comunidad y, por lo tanto, adquieren compromisos para el desarrollo de los proyectos que realiza la escuela. Sin embargo, esta relación escuela-comunidad no siempre es cónsona con los procesos de desarrollo que vive la sociedad. Por ello, surge un planteamiento que redefine esta relación, fomentando el desarrollo de los individuos en base a su derecho a la educación denominado Educación Social (ES).
Este concepto surge en Alemania y luego se difunde a Europa y América Latina durante el siglo XX, promoviendo la introducción de un nuevo enfoque sobre la participación de la sociedad en la educación, y de la educación en la sociedad (Caride et al., 2015). En este sentido, se reconoce que, las escuelas, son espacios donde confluyen los estudiantes para recibir una educación previamente diseñada en un currículo y desarrollada por docentes. Entonces, ¿Cómo puede incluirse la Educación Social como una nueva perspectiva a este proceso? La respuesta a la pregunta parece obvia; simplemente cambiando el modelo curricular y sus contenidos. Sin embargo, no es fácil cambiar un modelo establecido, por otro que reformule la relación escuela-comunidad, en beneficio de la sociedad. Un cambio de esta magnitud requiere diálogo y consenso entre los países y, además, entre los integrantes de la sociedad en cada país. Sin embargo, este proceso de cambio se ha iniciado en algunos países, siendo un tema de debate actual, necesario para la construcción de una sociedad más inclusiva.
Para abordar el tema de esta investigación, se empleó como metodología la revisión bibliográfica, analizando los conceptos de comunidad, educación y su relación con la Educación Social y los Proyectos Educativos Comunitarios (PEC). Se reflexiona sobre el papel que juega la escuela en la comunidad y se plantea un análisis de la relación hombre-comunidad que desarrolla nuevas formas de intercambio de conocimiento para aprender en espacios comunes. Finalmente, se hace referencia al concepto de Educación Social y su relación con la comunidad a través de los PEC, haciendo énfasis en el ámbito Latinoamericano.
El presente trabajo plantea el tema por etapas. Primero, hace una introducción al tema; segundo, hace un análisis de la relación entre la escuela y la comunidad, la educación social y los proyectos educativos comunitarios; tercero, la metodología utilizada y cuarto, conclusiones y referencias consultadas.
Materiales y Métodos
El contenido de este artículo surge por el interés de la autora en analizar aspectos relacionados con la ES y los PEC; los cuales han experimentado un desarrollo en Latinoamérica y el Caribe en los últimos años. Debido a lo anterior, se desea indagar ¿Cómo los PEC son una herramienta de intervención de la ES? Para resolver esta pregunta se realizó una revisión bibliográfica cualitativa-descriptiva de las publicaciones relacionadas al tema.
La información fue recopilada utilizando el buscador de internet Google y la base de datos Google Académico, mediante el uso de las categorías de búsqueda: “Proyectos Educativos Comunitarios” y Educación Social + Escuela, filtrada entre los años 2000 al 2023. Es a partir de esta búsqueda que se obtienen los datos señalados en la Tabla 1.
Como se puede observar en la tabla 1, se generó un importante número de publicaciones de interés. De los documentos encontrados, se seleccionaron 39 artículos cuyo título estaba relacionado con el tema. La lectura del resumen y las conclusiones cribó 24 artículos recientes, entre el 2018 y 2023, que abordaban puntos de vistas interesantes para esta investigación, la mayoría relacionada al contexto Latinoamericano. Adicionalmente, se consideró la inclusión de 14 artículos entre los años 2000 al 2017 y una publicación sin fecha, con referencia al pensamiento científico sobre el tema. Es importante destacar que, existe mucha información, sin embargo, los autores no la consideraron relevante para el desarrollo de este trabajo.
Resultados y discusión
Para el desarrollo del escrito, el análisis de la literatura se dividió en tres secciones: la escuela y la Comunidad, la educación social y los proyectos educativos comunitarios como procesos de intervención.
La escuela y la comunidad
Las escuelas, cunas del saber y formadoras de ciudadanos, son parte importante de las comunidades y mantienen una estrecha comunión con los individuos (Contreras, 2019). Considerando esto, se revisó el concepto “comunidad” y su relación con la escuela.
Al indagar sobre el concepto de comunidad, encontramos una pluralidad de definiciones como, por ejemplo, Causse (2009) señala que “el concepto de comunidad puede referirse a un sistema de relaciones psicosociales, a un agrupamiento humano, al espacio geográfico o a el uso de la lengua según determinados patrones o hábitos culturales” (p. 1). Según esta definición, se puede inferir que, una comunidad está representada por un grupo de personas que viven en un territorio determinado con intereses, actividades, costumbres, valores, cultura, lenguaje, idioma, etc., comunes.
Por otro lado, se entiende que la comunidad debe tener el reconocimiento del Estado; por lo tanto, existe un ideario de cuáles son y cómo deben ser satisfechas sus necesidades. En este sentido, Castro (2011) sostiene que al reformular el concepto de comunidad se debe considerar cuatro factores básicos (ver Figura 1), que redefinen el concepto de comunidad como “la organización de las actividades sociales que permiten a las personas el acceso diario a los diferentes campos de la actividad necesarios para el diario vivir” (p. 98). A nuestro criterio, esta definición es interesante para el tema abordado en este escrito.
Siguiendo este planteamiento, la educación no debe estar restringida a la escuela, sino que debe ser parte de un proceso transformador, con un acentuado carácter social, para formar parte de los procesos evolutivos actuales y futuros de la sociedad. Es evidente que, los nuevos tiempos apuntan hacia un nuevo diálogo sociedad-comunidad-escuela.
Recientemente, Osorio (2023), afirmó que el concepto más aceptado de comunidad es: “el conjunto de personas que comparten territorio, historia, costumbres e intereses” (p. 2). De igual forma, sostiene que el concepto debe ser revisado de manera más profunda, partiendo de lo que es comunidad y lo que es comunitario y, de lo que son las relaciones sociales y las relaciones colectivas. Coincidimos con el autor en estos puntos, ya que no todos los individuos que comparten un territorio poseen la misma historia, intereses y costumbres. Entonces, ¿Cómo dar significado al término comunidad?
De acuerdo con Pérez (2020), es necesario revisar la definición de comunidad enmarcada en el proceso acelerado de globalización; ya que “El concepto de comunidad haría referencia al potencial de intercambio entre los residentes de un área específica” (p.119). Estos intercambios pueden originarse por diferentes necesidades, tales como: educación, agua, vivienda, seguridad, entre otras; que afectan a individuos que habitan en una zona específica. Sin embargo, estas interacciones van más allá y están incrementadas por el uso de las tecnologías, lo que cambia el sentido de espacio en el concepto “comunidad”.
Reflexionando sobre los planteamientos anteriores y considerando que la educación transforma a la comunidad; entonces, el eje neurálgico de esta transformación debe producirse en las escuelas o centros que imparten enseñanzas. Al respecto, se debe señalar que, el concepto “escuela” no se refiere a la institución diseñada para impartir clases y transmitir conocimientos para el desarrollo de la sociedad; sino a los espacios de aprendizaje para la formación de individuos, que a través de la educación puedan solucionar sus problemas básicos del diario vivir y les permite adaptarse a los cambios sociales, culturales y tecnológicos de una sociedad cada vez más exigente. Por lo tanto, el concepto de “comunidad” en el futuro debe definirse como la relación entre los individuos que comparten objetivos comunes, valores y sentido de pertenencia; la cual le brinda conciencia de unidad, colaboración y empatía, para promover el bien común. Debe incluir la diversidad cultural, los nuevos estilos de vida, respetando los derechos y la dignidad de todos (Montesinos, 2021).
El desarrollo de las sociedades actuales, requieren que la escuela este organizada como una comunidad abierta, que participa, dialoga, con actitud crítica ante los eventos que les afecta. Con esta visión, la comunidad puede vislumbrar la escuela desde otros ángulos, como, por ejemplo: a) Una escuela con participación social desde la práctica docente, b) La participación de la familia en la organización y desarrollo de la escuela y c) La atención de los alumnos según sus necesidades socio-afectivas, como lo señalan Rivas et al. (2021). Estos autores afirman que estas tres acciones podrían ser las bases para la definición de una comunidad en los nuevos tiempos.
Siguiendo los planteamientos anteriores, la educación ya no debería estar restringida al aula. Así, la escuela debe ser parte de este proceso transformador, con un acentuado carácter social formando parte de los procesos evolutivos actuales y futuros de la sociedad; la cual no es estática y, por ende, tampoco sus comunidades. Ambas, escuela y comunidad, están en constante evolución y esto incide directamente en su visión del mundo, en sus necesidades y en sus costumbres.
Es importante subrayar que, la escuela, como la conocemos, integra dentro de la comunidad educativa a los padres de familias; los cuales son el apoyo para desarrollar algunas actividades y no solo informar sobre el rendimiento académico-social de sus hijos. Por lo tanto, la escuela define la forma y alcance de la ayuda que los padres de familia aportan a la escuela. Concepción que solamente enfatiza las necesidades de la escuela y en general, desestima los aspectos relevantes de la comunidad, como una organización estructurada, activa y diversa. Este tipo de escenario ha permitido el desarrollo de propuestas que admiten la relación escuela-comunidad en ambas direcciones, a través del trabajo colaborativo; recibiendo diferentes nombres como, por ejemplo, la escuela comunitaria, entre otros (Halsey, 2011).
Es importante indicar que, el cambio de visión de la relación escuela-comunidad se está forjando a pasos muy lentos en Latinoamérica, pero somos optimistas por los logros alcanzados en Brasil, Ecuador, Bolivia y México (Castrejón, 2021).
La Educación social
La Educación Social tuvo su origen en los pensamientos de Platón y Aristóteles. Para Platón el tipo de educación estaba relacionado con la clase social; mientras que, para Aristóteles, la educación se iniciaba con la familia y después era responsabilidad del Estado. Con los años, esta ciencia evolucionó y a partir de la década del 70 tomó impulso en España, involucrándose con el desarrollo cognitivo, cultural, político y religioso de los individuos en comunidad (Wikipedia, 2023).
Para comprender cómo se concibe la educación al servicio de la comunidad, nos tenemos que referir al pensamiento de Freire, cuando plantea la diferencia entre conciencia y existencia. Enfatiza la necesidad de entender al hombre como un ser social, que vive dentro de una realidad. Desde este punto de vista, para Freire, el hombre como ser social tiene conciencia de sí mismo y de la realidad que lo rodea. En consecuencia, el hombre puede educarse usando modelos diferentes al tradicionalmente aplicado en la escuela. Así que, es capaz de utilizar su inteligencia, conocimientos previos y razonamiento lógico para encontrar las respuestas a los problemas que afectan a la comunidad y desarrollar su propio pensamiento. Por esta razón, la educación comunitaria debe estar dirigida hacia la trasformación de los individuos que viven en comunidad; lo cual es resaltado por Alonso et al. (2019) cuando sugieren que las escuelas deben ser democráticas.
Si se considera que la enseñanza es más que una transmisión de conocimientos, entonces, el proceso de enseñanza-aprendizaje puede realizarse con la participación de todos, compartiendo los conocimientos que les permitan reconocer su verdadera esencia. Por consiguiente, la relación hombre-comunidad se sustenta en el diálogo como una herramienta enriquecedora que permite el intercambio de información, aprendiendo unos de otros y este diálogo se hace efectivo cuando hay tolerancia, respeto y consenso.
Aunque hace más de 40 años la ES surge y se desarrolla en Europa, el escenario es muy diferente en Latinoamérica. En algunos países como: Uruguay, Argentina, Colombia, México y Brasil, entre otros, la ES surge como producto de movimientos políticos, económico, sociales y educativos; como los generados con la Educación Popular de Paulo Freire, el surgimiento de la Pedagogía Social en Brasil y el surgimiento de los modelos participativos comunitarios.
Como resultado de este proceso, aparecen nuevos enfoques educativos como la inclusión educativa y la participación comunitaria en el fortalecimiento de la sociedad (Botero, 2015; Del Pozo et al., 2021; Sánchez, 2021). Los cambios son lentos, ya que los modelos políticos, de educación y sociales no son muy diferentes al pasado. Sin embargo, la tendencia global se encamina hacia la homogenización cultural y de pensamiento, favoreciendo la producción industrial y el mercado (Botero, 2015), lo que llevará en un futuro próximo al desarrollo de este nuevo estilo de relación social en la comunidad. Ante lo señalado, es impostergable la formación de especialistas en ES en el ámbito Latinoamericano.
Como parte del proceso de globalización del mercado, las escuelas están focalizadas en proceso enseñanza–aprendizaje con el objetivo de suplir la demanda del mercado. Esto ha creado el distanciamiento social de la escuela; lo que ha estimulado el desarrollo del enfoque comunitario (Parrilla et al., 2013). Esta nueva interpretación no está aislada de las ciencias sociales, la cual es el fundamento de la relación escuela-comunidad. Aunque existen diversos nombres y definiciones de educación social, se presenta la siguiente propuesta por Cacho et al. (2014):
…una disciplina pedagógica que participa de la teoría de cómo las condiciones psicológicas, sociales y materiales, y diferentes orientaciones de valores, promueven o dificultan el desarrollo y el crecimiento, la calidad de vida y el bienestar del individuo o del grupo (p. 14).
En el ámbito latinoamericano, la educación social trabaja en la educación comunitaria para tratar temas como: territorio, historia local, salud, relaciones étnica-territoriales, búsqueda del conocimiento, trata de blanca, prevención de drogas y embarazo, entre otro; con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los individuos en su entorno, como lo enfatiza del Pozo et al. (2021). Por lo tanto, la educación social está muy relacionada a los proyectos educativos comunitarios, ya que se enfoca en la educación del individuo y de grupos que habitan una región, promoviendo el cambio social. Entonces, ¿Cómo surge el PEC?
Los Proyectos Educativos Comunitarios y la Educación Social
Los PEC surgieron en la década de los 70, a raíz de los grandes movimientos indígenas y afrocolombianos en Latinoamérica; que exigían un debate político con el Estado y la iglesia, con el afán de hacer respetar sus orígenes, tener una educación que perteneciera a su cultura y dictada en su lengua materna (Poche, 2021; Baque, 2023). Como resultado del debate nacional, los indígenas crean el Sistema Educativo Propio (SEIP), que da relevancia a los PEC como parte de la educación y desarrollo individual (Poche, 2021).
Según Martínez (2018), el PEC se diseña cuando se identifica un problema comunitario. Siendo este el caso, el problema puede estar circunscrito a la comunidad donde se ubica la escuela o puede ampliarse a otras zonas alejadas del centro educativo. En otras palabras, el límite lo definen los que elaboran el proyecto. De igual manera, las soluciones finales pueden ser definitivas o temporales. Considerando la posición de este autor, se debe hablar de la relación entre los PEC y la ES, la cual se establece según Tristán (2022) de diferentes formas; como, por ejemplo:
- Incorporando programas o proyectos para la educación ambiental en la comunidad.
- Participación de la comunidad educativa en la planificación de proyectos pedagógicos, en colaboración con la empresa privada y los gobiernos locales.
- Estableciendo proyectos que refuercen los valores y la diversidad, para promover la relación escuela-comunidad y la cohesión interna de la comunidad educativa.
- Desarrollo de proyectos socioeducativos entre la escuela y la comunidad.
La educación social (ES) se relaciona estrechamente con los proyectos educativos comunitarios (PEC) por cuanto mejoran sustancialmente la calidad de vida de los individuos de una comunidad por medio de la educación. Son los educadores sociales los encargados de promover este desarrollo comunitario estableciendo vínculos entre los individuos (Gaintza, 2021). Así, la SIAC (s.f.) y Poche (2021) afirman que las acciones de la ES a través de los PEC aportan diversos beneficios, como, por ejemplo:
- Mejora la calidad de vida de la comunidad:la ES se enfoca en diseñar proyectos educativos que a través de los PEC mejoran la calidad de vida de las personas, como, por ejemplo: la promoción de la salud, la inclusión, la Escuela para padres, Educación vial, etc.
- Estimula el desarrollo comunitario:los PEC contribuyen al desarrollo comunitario, ya que fomentan la participación ciudadana, la integración social y el desarrollo armónico de los individuos.
- Desarrollo de habilidades y valores:los PEC favorecen la formación de nuevos conocimientos, habilidades y valores, necesarios para el desarrollo de líderes y el autoaprendizaje para la resolución de problemas y necesidades sociales y educativas.
- Promoción de la participación ciudadana:la ES promueve a través de los PEC la participación ciudadana en la construcción del tejido social necesario para el desarrollo social y del Estado.
- Desarrollo de la identidad:por medio de los PEC, la ES fortalecer la identidad comunitaria y la construcción de una visión compartida de lo que debe ser la comunidad y su desarrollo social hacia el futuro.
- Fomenta la educación ciudadana:la ES estimula la educación ciudadana como un recurso poderoso para el desarrollo social de cualquier comunidad.
- Desarrollo de la capacidad investigativa:la investigación es un medio importante en todo desarrollo; ya que es vital para la toma de decisiones. Por esta razón, la ES impulsa la investigación en la comunidad para la toma de decisiones informadas que contribuyen a un buen PEC que impacte positivamente en las necesidades comunitarias.
- Desarrollo de habilidades éticas y capacidades técnica:la ES favorece el desarrollo de ética entre los ciudadanos para la toma de decisiones justas y equitativas para los miembros de la comunidad. De igual manera, permite el desarrollo de técnicas específicas que favorecen el desarrollo del PEC y a la vez, contribuyen a la formación de individuos.
Por lo antes señalado, existe coincidencia con Poche (2021) cuando afirma que los PEC son una herramienta estratégica que puede integrar la educación social a la escuela, promoviendo una educación comprometida con el desarrollo humano y social de los individuos que forman parte de una comunidad. Entonces, ¿Por qué los países en América Latina no emplean los PEC para el desarrollo de las comunidades a través de la ES? La respuesta es compleja y requiere de una amplia investigación. De igual forma, existe coincidencia con Poche (2021) sobre las posibles situaciones que afectan o frenan la implementación de PEC para el desarrollo, que se enumeran y discuten a continuación:
- A través del tiempo, la educación es dirigida por los gobiernos que determinan el currículo, controlando lo que debe aprender la comunidad para suplir las demandas del mercado. Solo en años recientes, algunas poblaciones indígenas han logrado un avance y están desarrollando el currículo para la educación de su población, preservando su lengua, historia y cultura.
- A lo largo de la historia, los gobiernos de los países han determinado el perfil de los individuos que se desean dentro del sistema, estableciendo tipos de práctica pedagógicas para la enseñanza. Esto llevó al desarrollo de la educación privada, de mayor calidad y solo accesible a las clase media y alta; cuyos egresados tienen la posibilidad de acceder a mejores puestos de trabajo y salarios.
- La resistencia del poder ideológico y religioso impuesto por el Estado en las escuelas y la comunidad tiende a frenar cualquier tipo de desarrollo alterno.
- La falta de voluntad del Ministerio de Educación y otros órganos del gobierno de los países para participar en la elaboración y ejecución de los PEC. Esta inercia establece las clases sociales y demarcan territorios, en donde la mayoría de la población exhibe bajo nivel de ingreso y marcadas desigualdades sociales.
- Aplicación de metodologías deficientes, sobrecostos de proyectos sin productos adecuados para la comunidad, baja inversión en la educación.
Consideramos que estos son solo algunos puntos, cuya investigación y discusión puede mostrar diferentes resultados; sin embargo, estamos convencidos que existen puntos de concordancia en todos los países.
Es un hecho que la implementación de PEC mejoraría el nivel educativo, la capacidad analítica, la comunicación colectiva, la tolerancia y por lo tanto, liberaría la conciencia individual y colectiva. Sin embargo, existe una pregunta obligada que merece una respuesta: ¿Cuál organización debe ser la responsable de diseñar y ejecutar los PEC en la comunidad?
Es un hecho que la implementación de PEC mejoraría el nivel educativo, la capacidad analítica, la comunicación colectiva, la tolerancia y por lo tanto, liberaría la conciencia individual y colectiva. Sin embargo, existe una pregunta obligada que merece una respuesta: ¿Cuál organización debe ser la responsable de diseñar y ejecutar los PEC en la comunidad?
Reflexionando sobre el tema, no es casualidad el análisis planteado sobre la relación escuela-comunidad. Frente a los actuales escenarios, es necesario preparar a Educadores sociales que estén asociados a los centros educativos. De igual manera, se debe legislar sobre las funciones de los educadores sociales en la escuela y en la comunidad. Esto permitiría crear micro y macro proyectos dirigidos a la comunidad y ejecutados en combinación con las entidades estatales. Esta sinergia le proporciona al PEC estabilidad en la ejecución, evaluación y seguimiento. Independientemente de los cambios de gobiernos, el PEC se mantendría estable en su ejecución a través de las escuelas del sistema educativo, instituciones que son estables y reconocidas.
Este análisis se sustenta en aspectos relacionados con la realidad Latinoamericana y al desarrollo de los PEC; los cuales se cometan en tres pilares básicos: la participación, la comunicación y el aprendizaje.
La participación ciudadana
López et al. (2018) afirman que “la participación es un proceso que requiere la colaboración de los agentes políticos, del personal directivo y técnico de las instituciones, y de la ciudadanía, así como de la acción intersectorial e interdisciplinaria” (p.32). Los mismos autores, plantean que para que la participación ciudadana sea efectiva, existen algunas técnicas participativas como el debate, consensos y talleres participativos que contribuyen a la solución del problema comunitario y, cuya aplicación depende del tiempo, presupuesto, las características de la población, su ubicación y el uso que se dará a la información producida en el desarrollo del PEC, entre otros aspectos.
Establecer vínculos estables en una sociedad no es tarea fácil. Se requiere de compromiso y un alto nivel de conciencia social, que va más allá del deber de realizar un trabajo. Por esta razón, desde la estabilidad de las instituciones educativas este pilar puede establecerse; creando vínculos más sólidos entre la comunidad y la escuela, que trasciende en el tiempo.
La comunicación
Se debe distinguir entre el diálogo y la comunicación. Cabe señalar que, el dialogo es imprescindible para comunicarse, pero la comunicación puede utilizar varios métodos de expresión. Aclarado este punto, se puede destacar que uno de los fundamentos forjadores y transformadores de toda sociedad es el diálogo, ya que a través de este se transmiten conocimientos y se concretan procesos comunitarios. En su reporte, Pérez y Sánchez (2005), señalan que el diálogo es un arte fundamental en un proyecto. Coinciden que, es por medio de la discusión abierta y participativa se logran solventar los problemas en una comunidad. Sin embargo, todo diálogo debe darse en el marco de la tolerancia y respeto a las diferencias culturales y de opiniones, de tal manera que, los pensamientos de cada individuo generen significados para todos.
Como la comunicación es indispensable en la sociedad; es parte indisoluble de su desarrollo; ya que el hombre como ser social necesita comunicarse con otros y con el medio que le rodea. Es así como la humanidad prospera y reproduce su cultura, la educación, la economía y todo lo relacionado con la sobrevivencia.
El aprendizaje
Los conocimientos se generan a través del aprendizaje. En este sentido, la UNESCO, desde 1976 está fortaleciendo los procesos de aprendizaje comunitario en adultos, con el fin de promover el desarrollo comunitario a través de la participación de los ciudadanos. Esta visión se afianza en la Conferencia Mundial de Okayama, en 2014, en donde se enfatiza el aprendizaje colaborativo como una herramienta importante en el desarrollo sostenible (UNESCO, 2014). Al respecto, según Coronado y Murga (2018) este enfoque intenta reestructurar la forma de aprender, introduciendo el aprendizaje basado en la colaboración para generar conocimientos y habilidades permanentes.
En ese sentido, los autores indican que el “aprendizaje comunitario facilita las posibilidades de la educación en el logro de objetivos imprescindibles para el desarrollo sostenible” (p. 79). Por otro lado, la Universidad Escuela de Ingeniería de Antioquía (EIA) (2020) indica que el aprendizaje cooperativo y colaborativo permite el desarrollo de habilidades sociales, dominio de conceptos que perduran en el tiempo, los cuales son propicios para solucionar problemas y es una excelente opción para realizar proyectos colaborativos. No se puede dejar de mencionar el pensamiento de Martínez (2018), cuando concluye que el trabajo comunitario es una forma de romper con el asistencialismo del Estado y estimula la emancipación y el pensamiento creativo de las personas en la comunidad, para solventar problemas que atañen a todos.
En los PEC, la técnica para inducir el aprendizaje en los individuos es fundamental para la transmisión del conocimiento. Cuando un grupo de individuos colaboran para la adquisición de conocimientos, no solo aprenden, sino que se forjan lazos de colaboración comunitaria más sólidos que permanecen en el tiempo. Esta unificación en la comunidad facilita la rápida comunicación, el desarrollo en diferentes niveles y la armonía social.
Conclusiones
La Educación social representa una alternativa para la solución de los múltiples problemas que enfrentan las comunidades, como las desigualdades sociales, la pobreza que afrontan los países, en especial en Latinoamérica. A través de la Educación Social se diseñan y ejecutan por Proyectos Educativos Comunitarios que responden a las necesidades y problemas señalados por la comunidad o por grupos organizados que pertenecen a una comunidad. Estos proyectos requieren de la participación voluntaria de los individuos, el diálogo participativo y el aprendizaje colaborativo; liderizados por especialistas comprometidos en el proceso.
Como la educación transforma a individuos y a la comunidad; a través del tiempo ha sido asociada a las escuelas o centros de enseñanza. Estos, se muestran como espacios para el aprendizaje que pueden establecer una relación escuela-comunidad estable en el tiempo para el desarrollo de cada proyecto, su necesaria evaluación y seguimiento en el tiempo, para determinar su efectividad, independientemente de los cambios de políticas o gobiernos en el país. Por esta razón, se propone a la escuela como un brazo ejecutor estable, pero relacionado estrechamente con las instituciones gubernamentales.
El éxito del proyecto Educativo Comunitario se basa en la participación ciudadana voluntaria, la comunicación a través del diálogo y la adquisición de conocimientos a través del aprendizaje colaborativo. Esta combinación de elementos activos brinda pilares sólidos a la comunidad y, sobre todo, fortalece a los individuos y cambia sus perspectivas de vida.
Referencias consultadas
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